¡
~~===~~
¡
Antes de que despunte el día,
al Dios de los cielos tengo que hablar,
para contarle cosas muy bellas
de una estrella que ha nacido para amar.
* * *
-- “ Es esa rutilante estrella de ataviadas cintas
que desde la profundidad del éter, un arcángel,
con sus alas desplegadas y nimbada frente
sobre el altar de La Tierra, suavemente, depositó”.--
* * *
Y allí, donde el cielo se funde con el mar
y en donde la alondra aletea entre jazmines,
allí, donde vive eternamente el Arco Iris,
contaré al Señor…, mis inquietudes.
- Y contaré, que:
“Aquella virgen de ojos azules,
reside en la cima de una montaña
en donde, por la noche, se recogen los rayos del Sol,
surgiendo risueños al llegar el alba”.
- Y le diré, que:
“Ella produce delirio y pasión,
y mora donde la verdad y la luz
atraen con serena fascinación,
embriagadores sueños y vana inquietud”.
- Y haré saber al Señor, que:
“En aquél lugar en donde ella habita,
es donde los Tasso, posiblemente, se inspiraban,
y en donde Tiziano cargaba sus pinceles
mientras que Miguel Angel sus mármoles labraba”.
- Y también le diré, que:
“Cuando el césped teñía de verdor las riberas de sus ríos
y absortos quedaban en sus pendientes colinas los crisantemos,
era aquél paraíso tan hermoso y tan bellas sus fantasías
que la música, por la campiña, daba su sonido al viento”.
Todo esto y mucho más le contaría,
si no fuese que toda mi esperanza consistiera
en descorrer el manto que protege mi corazón
para confundirlo en el caos de la nada.
* * *
Y en éste Paraíso nacido en la eternidad
y que Dios depositó sobre los hombros del tiempo,
fue tomando forma aquél cuerpo de mujer
sin duda…, el más soberbio monumento.
Antes de que despunte el día,
al Dios de los cielos tengo que hablar,
para contarle cosas muy bellas
de una estrella que ha nacido para amar.
* * *
-- “ Es esa rutilante estrella de ataviadas cintas
que desde la profundidad del éter, un arcángel,
con sus alas desplegadas y nimbada frente
sobre el altar de La Tierra, suavemente, depositó”.--
* * *
Y allí, donde el cielo se funde con el mar
y en donde la alondra aletea entre jazmines,
allí, donde vive eternamente el Arco Iris,
contaré al Señor…, mis inquietudes.
- Y contaré, que:
“Aquella virgen de ojos azules,
reside en la cima de una montaña
en donde, por la noche, se recogen los rayos del Sol,
surgiendo risueños al llegar el alba”.
- Y le diré, que:
“Ella produce delirio y pasión,
y mora donde la verdad y la luz
atraen con serena fascinación,
embriagadores sueños y vana inquietud”.
- Y haré saber al Señor, que:
“En aquél lugar en donde ella habita,
es donde los Tasso, posiblemente, se inspiraban,
y en donde Tiziano cargaba sus pinceles
mientras que Miguel Angel sus mármoles labraba”.
- Y también le diré, que:
“Cuando el césped teñía de verdor las riberas de sus ríos
y absortos quedaban en sus pendientes colinas los crisantemos,
era aquél paraíso tan hermoso y tan bellas sus fantasías
que la música, por la campiña, daba su sonido al viento”.
Todo esto y mucho más le contaría,
si no fuese que toda mi esperanza consistiera
en descorrer el manto que protege mi corazón
para confundirlo en el caos de la nada.
* * *
Y en éste Paraíso nacido en la eternidad
y que Dios depositó sobre los hombros del tiempo,
fue tomando forma aquél cuerpo de mujer
sin duda…, el más soberbio monumento.
¡
¡